Marco clínico | Una psicología para la transformación
En mi práctica clínica, la escucha se abre paso entre lo urgente y lo esencial. El dolor, la angustia, la ansiedad o el trauma no son obstáculos: son portales. Son llamados que invitan a detenerse, a respirar y a buscar ayuda. Así, comienza un camino.
La psicoterapia que propongo parte del reconocimiento profundo del sufrimiento humano, y lo aborda con respeto, técnica y sensibilidad. Trabajo con duelos, ansiedad, trauma complejo, síntomas depresivos y existenciales, siempre desde un enfoque psicoanalítico integrador que respeta los tiempos subjetivos y los ritmos singulares de cada persona.
Sin embargo, no me detengo en la patología. Porque el objetivo no es solo dejar de sufrir: es volver a vivir con sentido.
Primera etapa: Aliviar, sostener, comprender
Aquí atendemos lo que duele. Lo que pesa, lo que se repite. Lo que no se entiende y sin embargo afecta. Es la etapa del abordaje clínico más tradicional, donde el diagnóstico no es un rótulo, sino una brújula. El espacio terapéutico se ofrece como refugio, espejo y sostén.
Segunda etapa: Integrar, resignificar, reanimar
Cuando el síntoma empieza a hablar y el vínculo terapéutico se consolida, emerge otra dimensión: la de la integración. Acompaño procesos donde el diálogo interno se vuelve camino, y donde la palabra se encuentra con la imagen, el cuerpo, la intuición, la memoria y el alma. Aquí la clínica se vuelve creación.
Tercera etapa: Transformar, expandir, compartir
Quienes atraviesan su propio proceso con compromiso y deseo, muchas veces encuentran una fuerza nueva. Una dirección vital. Un propósito. A eso lo llamo transformación, y es la esencia de la psicosíntesis: la unión de las partes del ser hacia una vida más plena, consciente y amorosa.
Trabajo
con adolescentes, personas adultas y profesionales que deseen iniciar o retomar
un proceso profundo.
También coordino grupos, caminatas terapéuticas y charlas comunitarias
orientadas a la promoción de la salud mental.
Este es
mi modo de contribuir: integrando lo aprendido, lo vivido, lo sentido.
Una psicología del siglo XXI que honra su pasado, abraza el presente y siembra
un futuro más humano.