El faro
Pensar(se) como acto clínico, político y humano
"Después del psicoanálisis, la psicosíntesis..." — Stefan Zweig
Acompañar
a otras psicólogas a pensarse no es un acto de guía,
es un gesto de amor epistémico.
No tengo un mapa. No tengo una verdad.
Pero puedo sostener una luz encendida mientras caminamos.
Este es
un tiempo complejo.
Un tiempo donde se repiten estructuras violentas con discursos nuevos.
Un tiempo donde la psicología corre el riesgo de transformarse en herramienta
de adaptación,
cuando fue, en su origen, una rebelión ética, una disrupción del alma.
Yo quiero
pensar el destino de la psicología de nuestro tiempo,
pero no desde afuera, ni desde la academia,
sino desde lo encarnado, lo vivido, lo que duele y lo que espera.
Algunas preguntas que me habitan y que dejo abiertas, para quien resuene:
- ¿Desde qué lugar pienso mi práctica? ¿Desde qué ideología no nombrada?
- ¿Quién habla cuando hablo como profesional? ¿Qué historia repito sin saberlo?
- ¿Estoy interpretando o escuchando? ¿Estoy diagnosticando o acompañando?
- ¿Qué parte de mi deseo estoy poniendo en juego cuando "ayudo"?
- ¿Qué de mi tiempo histórico me atraviesa… y qué quiero transformar en él?
No quiero
ofrecer un nuevo sistema.
Quiero invitar a la creación, al pensamiento vivo, a la psicosíntesis
que aún no tiene forma
pero ya late en muchas de nosotras.
Si hay un
faro, que sea este: pensar con humildad, con historia y con amor.
Pensar como acto humano, no solo como técnica.
Quieres compartir conmigo tu experiencia?