El cuerpo como punto de partida, el lazo como camino posible
"Caminar no es solo moverse. Es estar con otro. Es escuchar el mundo mientras se ordenan adentro cosas que no encontraban forma."
Esta propuesta nace desde la pregunta: ¿qué pasa cuando no podemos sentarnos a hablar, pero igual necesitamos que alguien esté? A veces, hablar en un consultorio no es posible. A veces, lo que el cuerpo necesita es ponerse en marcha antes que las palabras. Y en esos casos, caminar puede ser un primer acto de cuidado.
¿Qué es el dispositivo "Camino"?
Es una propuesta terapéutica no convencional, que combina escucha psicológica, movimiento corporal y encuentro con el entorno. Se realiza en espacios abiertos, caminando en acompañamiento con una psicóloga.
No se trata de una charla casual ni de dar consejos. Es un dispositivo cuidado, con encuadre profesional y ético.
Caminar junto a alguien que puede escuchar desde un lugar formado, disponible y sin juicio, puede ser el primer paso hacia algo distinto.
¿Para quién es esta propuesta?
Para quienes están atravesando momentos de ansiedad, angustia, decisiones difíciles. Para quienes sienten que necesitan hablar, pero les cuesta empezar. Para quienes ya han hecho terapia, pero buscan una forma distinta de volver a conectar con lo interno.
Es también una herramienta de prevención. Un recurso al que se puede acceder antes de que el malestar se haga demasiado grande.
El rol de la psicóloga: una presencia que camina contigo
Quien acompaña no es una compañera de paseo ni una motivadora. Es una profesional con formación clínica, con marco ético y con experiencia en el acompañamiento del sufrimiento humano.
Está para escuchar, para sostener, para ofrecer presencia. No dirige la caminata, no impone temas, no da respuestas cerradas. Se deja afectar por el encuentro y lo acompaña desde el saber clínico y la sensibilidad.
Caminar también es vincularse
Porque en el paso acompasado, en el silencio compartido, en la mirada al entorno... también se va tejiendo un lazo. Uno simple, pero real. Uno que no promete curas mágicas, pero que permite empezar a decir lo indecible.
Una invitación para vos
¿Con
quién caminas cuando no sabés qué hacer con lo que sentís?
¿Qué historias caminan con vos que aún no pudiste contar?
¿Y si dar un paso fuera también empezar a sanar?
Caminar hace bien. Porque cuando alguien camina a tu lado con respeto, formación y compromiso, ya no estás solo. Y a veces, eso alcanza para empezar a sentirse mejor.