Camino integrador
Sobre cómo pienso, cómo trabajo y qué me sostiene
No soy
una terapeuta de una sola escuela.
No me interesa encajar en un molde.
Soy una mujer que escucha.
Una psicóloga que acompaña.
Una profesional que, con el tiempo, entendió que cada persona necesita algo
distinto.
Trabajo
desde una mirada integradora.
Eso quiere decir que no reduzco a nadie a una técnica, ni a una teoría.
Sostengo mi práctica con profundidad teórica, sí, pero no dejo que eso opaque
lo más importante: el vínculo.
Aprendí
con Freud que hay algo inconsciente que nos habita y se escapa.
Con Klein, que desde que somos bebés enfrentamos el dolor de existir.
Con Bion, que a veces lo que se necesita no es explicar, sino alojar lo
informe hasta que tome forma.
Con Winnicott, que no todo se sana con palabras, sino con presencia.
Con Erickson, que el inconsciente también puede recibir mensajes que sanan, si
sabemos cómo y cuándo dirigirnos a él.
Y
aprendí, sobre todo, con cada persona que me permitió entrar en su mundo.
Porque hay verdades que solo se revelan cuando dos subjetividades se encuentran
con respeto.
Mi mirada
integradora también incluye lo corporal, lo simbólico, lo espiritual cuando es
necesario.
Respeta los tiempos. Cuida los silencios. Acompaña los procesos.
No empuja. No corrige. No impone.
Camina al lado.
Porque en este Camino,
la teoría
se encarna,
la escucha se afina,
y el acompañamiento se vuelve un acto ético.
💛 Bienvenidxs a Camino integrador.
Bienvenidxs a una psicología que se piensa con libertad, se vive con compromiso
y se ofrece con amor.